"Lamentablemente hemos tenido la pérdida de animales, en total se murieron 16. Hace más de un mes que no podemos llegar al campo porque el camino está todo lleno de agua", explicó con tristeza María José López.

Desde entonces, el único acceso posible fue a través de un empleado que llega una vez por semana... a caballo. "Nosotros por lo general vamos todos los días. Ahora tenemos un peón que va una vez por semana, no puede ir seguido porque va a caballo, y ante ello nos pasó esto de la intoxicación con soja", relató.

La situación no sólo afecta la actividad productiva. La escuela rural que se encuentra en el mismo paraje también permanece sin clases por la misma razón: los caminos están intransitables.

Ante la consulta sobre la dimensión económica de la pérdida, María José prefirió no arriesgar una cifra, pero fue tajante: "Es la impotencia de que no tendría que haber pasado esto nunca. De los años que mi mamá tiene animales, jamás ocurrió algo así. Y todo por la falta de mantenimiento, por la falta de todo, un abandono terrible".

Las productoras aseguran que han hecho numerosos reclamos sin obtener respuestas concretas. "Vinieron a ver cómo estaba todo el camino, pero nadie nos dio una solución nunca", señaló López, quien explicó que recién ahora lograron acceder al campo gracias a un permiso otorgado para pasar por un predio vecino.

Además, denunció una obra que, en lugar de ayudar, habría empeorado la situación hídrica: "Están haciendo un murallón para que el agua no pase, y en realidad lo que tendrían que hacer es dejarla correr. La frenan y se inundan todos los campos".

El caso de las productoras de La Corona pone en evidencia el grave estado de abandono de la red vial rural y sus consecuencias directas sobre la producción y la vida cotidiana en el interior. Una realidad que no se arregla con promesas ni visitas esporádicas: se necesitan soluciones urgentes.

Fuente: La Mañana de Bolívar.